le paguen tributo.

las nubes te sirven de carroza,

No te gloríes en la desgracia de tu prójimo. Muchos se regocijan en los sufrimientos de los demás. Los que se regocijan en los sufrimientos de los otros están enfermos de la enfermedad del diablo; pero el Señor libre nuestras almas de esta enfermedad. No hemos de orar para que lluevan calamidades ni decir con Clemente el agnóstico: «Dame calamidades para que me gloríe en ellas.

En al salmo 121 encontraremos que en cuanto el peregrino alzó sus Fanales a los montes, le viene una duda que disipa rápidamente y los compañeros de viaje que lo acompañaban afirmaron su Seguridad, a través de declaraciones enriquecedoras y reales.

Igualmente nos brinda una clara idea del gran poder de Todopoderoso y como resguarda a su pueblo y a sus escogidos, frente a el clamor de ellos por su protección. Nos enseñara a descansar, reposar y confiar en Él con todas nuestras fuerzas y delante toda circunstancia.

En primer punto, tenían lo que se conoce como “Texto Masorético”, y que hace relato a los libros sagrados escritos en los idiomas originales: hebreo y arameo.

Porque Triunfadorí toda la tierra en torno a está en todos los sentidos atada con cadenas de caudal cerca de de los pies de Dios ".

En el caso de nuestras celebraciones litúrgicas, los textos se tomarán generalmente de la Vulgata o de versiones corregidas que salmo 23 de ella han surgido en tiempos posteriores.

Dirás: «¿Por qué permite Altísimo que los malvados acusen a los fieles de tales cosas cuando son inocentes? Si Dios quisiera podría impedirlo, y cerrar la boca de salmo 6 los malvados para que no pudieran charlar salmo 20 en contra de sus hijos.»

Que maravilloso es aprender que nuestro Padre nos gobernante, nos cuida y nos muestra sus bondades pero como un Bravo rugiente nos defiende y Observancia de todo peligro. Su protección y salmo reina-valera 91 pronto socorro está presente todos los días de nuestras vidas y en Él podemos vivir confiadamente.

El nos ha prometido que nos guiaría rectamente; no sólo para mostramos el pecado, sino para libramos de él; no sólo para hacernos ver el aborrecimiento que tiene Jehová al pecado y su maldición del mismo, sino también para atraernos al simpatía de Dios y quitar la maldición. De Meditaciones sacramentales

No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las tinieblas, ni la plaga que devasta a pleno sol.

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Si seguimos insistiendo es posible que acabemos obteniendo lo que pedimos, pero con el tiempo veremos salmo de hoy que se alcahuetería más de un castigo que de una recompensa. Algunos sabios aconsejan que antes de cualquier petición pronunciemos la posterior oración: